La producción minera argentina logró volúmenes mejores a los esperados en 2014, aunque disminuyó su valor en dólares.

Lic. Horacio Lazarte

 

La producción física de los principales minerales metalíferos se ha incrementado en un 4,3% durante el año pasado, luego de un fuerte descenso en el año 2013 aunque aún se encuentra muy por debajo del pico de producción del año 2011. Esto se desprende del índice de volumen físico de minerales metalíferos con base 100 en el año 2012 de elaboración propia compuesto por oro, plata y cobre que alcanzó en 2014 un nivel de 87.5 frente a 83.9 del año 2013.

Dicha mejora del volumen se explicó por los niveles de producción de oro mejores a los esperados para el año 2014, con un incremento del 9%, aunque su nivel se encontraría apenas por debajo de los dos millones de onzas. La mayor producción del metal precioso en nuestro país estuvo marcada por la mina Veladero, en proceso de mejora de la eficiencia, manejo de inventarios y de la productividad, aunque para este año la compañía espera un descenso de las leyes promedio de acuerdo a los planes de mina, en tanto que la producción de oro de la Alumbrera se mantuvo relativamente estable. El incremento en el segmento de oro logró compensar la caída de la producción de cobre (6,4%), con un nivel entre los más bajos de la historia debido a un evento geotérmico que restringió temporalmente el acceso al pit, por lo cual el volumen resultó menor al esperado (102 frente a 104), lo que también afectó la producción de plata del yacimiento.

Sin embargo, el volumen total de producción del metal blanco habría logrado un incremento cercano al 7% durante el año pasado, explicado por la mejora del yacimiento Pirquitas y una mejora esperada para Manantial Espejo (entre 19% y 25%).

No obstante, pese a la mejora productiva el valor bruto de la producción minera argentina habría finalizado con una caída en dólares corrientes superior al 6%, esto es apenas por encima de los USD 4.500 millones. Esto reside en la caída del VBP del segmento metalífero (más del 75% del total), ante la continuidad a lo largo del año pasado, de la tendencia descendente de los precios de estos metales. De hecho el índice de precios de metales y minerales marcó otro descenso por tercer año consecutivo del 7% para el año pasado, mientras que el de metales preciosos la caída resultó del 12%, superando el 10% por segundo año. Tomando un tipo de cambio promedio de 8,12 para el año 2014, el valor de la producción minera del año pasado habría estado por debajo de los 37.000 millones de pesos corrientes, lo cual resulta un valor inferior al esperado (40.000), aunque se explica por la baja de los precios y el atraso del tipo de cambio.

En cuanto al valor de exportaciones, durante el año 2014 las ventas externas del sector estuvieron en los USD 3.880 M, por debajo de los USD 4.000 M, lo que representa el menor nivel desde el año 2009.

Perspectivas

El corriente año estará marcado por la expectativa en cuanto a definiciones claves que afectan al sector en lo referente a las trabas ambientales del proyecto Pascua Lama en Chile, las definiciones sobre la minería a cielo abierto en Chubut, la caída de las leyes mineras en Bajo la Alumbrera y Veladero y cierto repunte por la puesta en producción de Cerro Negro.

En largo plazo, con los proyectos en cartera –en diferentes etapas- hoy paralizados, posee un potencial incremental de exportaciones anuales superiores a los USD 11.000 M en caso de concretarse (a lo que habría que descontar aquellos yacimientos que saldrían de producción), para lo cual se requieren inversiones entre USD 24.000 y USD 28.000 M para su construcción.

Sin embargo, hoy la realidad es diferente. En el contexto internacional se evidencia un fuerte ajuste sobre los precios de los minerales y metales, lo cual genera una fuerte presión sobre los márgenes de los operadores y por lo tanto de la renta minera bruta.

En este contexto, se requiere una gestión eficiente de los costos y los países pasan a competir por los recursos financieros para poner en valor sus recursos naturales. No solamente por las condiciones que le da la naturaleza, sino por factores de competitividad intrínsecos a sus condiciones regulatorias, de estabilidad y previsibilidad, además de la gestión empresarial. Las posibilidades de un país en poner en producción su potencial geológico dependerán, de la capacidad de captar inversiones.